Maddie
odia profundamente a Braden. Arrogante, egoísta y el playboy de la
Universidad de California, Braden es todo lo que Pearce, el hermano
de Maddie, le ha enseñado a despreciar. Entonces, ¿por qué cuando
las chicas de la universidad le retan a jugar a un juego, ella les
dice simplemente que no? Braden desea ardientemente a la pequeña
Maddie, y hará todo lo que esté en sus manos por tenerla; por ello
accede a hacer todo lo necesario para enamorarla. Después de todo,
es la única forma de conseguir lo que desea, sexo...
Pero
pronto Braden descubrirá que en Maddie hay mucho más que una simple
niña de Brooklyn.
Maddie
se dará cuenta de que Braden no es solo una erección andante,
descubrirá sus sentimientos. Él también es dulce y divertido. Y
eso significa peligro. Probablemente eso es justo lo que ambos
necesitan.
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